Siempre que vamos a someter a una sedación o a una anestesia general a nuestras mascotas es importante que dediquemos unos minutos a realizar una consulta preanestésica, gracias a ello podemos minimizar muchos riesgos y evaluar individualmente a cada paciente.
El ayuno previo será uno de los puntos más importantes, ya que si no se hace correctamente aumentamos la incidencia de neumonías por aspiración cuando se produce el vómito inconsciente. Los estudios actuales demuestran que ayunos demasiado prolongados producen un estado más acidótico y aumentan la deshidratación ante una anestesia general. En el caso de los animales adultos se recomienda la mitad de la dosis de una comida de fácil digestión (dieta blanda gastrointestinal) 3 horas antes del procedimiento, reduciendo así el riesgo de reflujo gastroesofágico. Si no se dispone de esta de comida, bastará con 6 horas de ayuno administrando la mitad de la dosis de su pienso habitual. En razas braquicéfalas, debido a su retraso en el vaciado gástrico el ayuno debe ser de 10 horas. En pacientes pediátricos, como tenemos más riesgo de hipoglucemias, el ayuno debe ser solo de 4 horas. En cuando a la retirada de agua será suficiente realizarla 2h antes. En animales con patologías con medicación diaria consultar con el anestesiólogo.
Debemos conocer si el paciente tiene alergias alimentarias o ambientales para poder prevenir posibles reacciones a los excipientes de los fármacos anestésicos o ser más cautelosos cuando administramos contrastes en diferentes pruebas diagnósticas. Nos informaremos a su vez de procedimientos anestésicos previos para saber si tuvieron complicaciones.
Determinar el estado físico general y conocer las patologías previas o tratamientos actuales, nos ayudará a diseñar un protocolo más individual para cada paciente, disminuyendo los riesgos anestésicos.
Por último, gracias a toda esta información podremos categorizar a cada paciente y e informar a los propietarios de los riesgos anestésicos.